Antonio Salas, infiltrado como comprador, se juega la vida en esta investigación para desvelar los pormenores de las redes de prostitución internacionales. Tragándose la impotencia y la cólera durante un año se hizo pasar por traficante de mujeres para demostrar que en la España del siglo XXI todavía es posible comprar y vender personas en el sórdido y miserable mercado del sexo.