En mi mundo los quesos están divinos… Si te quedas, te enseñaré a degustarlos y a averiguar qué hay que hacer para que nunca más te la den con queso… ¡malo!
Si no quieres ser ovejita redilera, aprende a no hacerle la pelota al jefe de la manada. Una cosa es el queso de oveja (¡buenísimo!), y otra redilear. Ponte los límites, no te rebajes ni cotices a la baja en tu propia bolsa particular.