Maggie está empeñada en no aprender a leer ni escribir en letra manuscrita. ¿Para qué, si puede hacerlo en ordenador? «¡Escribir a mano es anticuado!», proclama Maggie, que ya es la comidilla del colegio… hasta que su tutora le encarga una tarea ¡y la curiosidad de la niña puede más que su obstinación!