Un día Eva recibe una visita inesperada en la funeraria que dirige: es la Muerte, que le anuncia que sólo dispone de un año de vida y que pasado ese tiempo, volverá a recogerla. Tras este escalofriante encuentro, Eva echa la vista atrás y se da cuenta de que nunca ha conseguido querer a nadie, que ha sido totalmente incapaz de entregarse al amor; para ella dar o recibir afecto supone un modo de dependencia, de renuncia, de cárcel al fin y al cabo. Sin embargo, no quiere morir, desea una segunda oportunidad que le permita descubrir el verdadero placer de amar.
Javier García Sánchez nos ofrece una bella novela de amor y desamor, de entrega y desapego en la que la vida y la muerte parecen jugar al mismo juego.