Roma, año 41 d. J. C. Tras la muerte del César, Octavio y Marco Antonio se ponen de acuerdo para administrar juntos el imperio: Marco Antonio gobernará en las provincias del Este y Octavio en las del
Oeste, donde está Roma, el corazón del imperio. Las tensiones entre ellos harán estallar una guerra entre ambas facciones que pondrá en peligro la unidad del imperio.