Costanza Safamita es hija de una rica familia de terratenientes en la Sicilia del siglo XIX; su padre, el barón Domenico, la adora, su madre la odia. Pelirroja y de rasgos que la llevan a parecer «de otra raza», crece entre las mujeres del servicio. Por voluntad de su padre, Costanza, y no sus hermanos, heredará las riquezas y el prestigio de la familia. Muchos años después, Amalia Cuffaro, su nodriza, será quien poco a poco desvele la vida de Costanza, la tía marquesa: su abandono de la tranquila vida de provincias por el bullicioso mundo palermitano, su turbulenta vida matrimonial, su enfrentamiento con la Mafia y su sensación de no pertenecer a ninguno de estos mundos.