Primero fue la poesía con El equipaje abierto (Marginales 152), después fue el cuento con Maneras de perder (Andanzas 302), y ahora, con El novio del mundo, Felipe Benítez Reyes vuelve a nuestro catálogo bajo otra de sus múltiples facetas con una novela en la que despliega a la vez su inagotable caudal de humor y toda su cáustica sabiduría.
Pero ¿quién es el novio del mundo? Walter Arias. ¿Y quién es Walter Arias? Pues una mezcla de filósofo surrealista y de psicoanalista antifreudiano, de romántico y de obseso sexual, de arlequín y de monstruo, de moralista y delincuente. Mezcla, en fin, de todo aquello que no puede ni debe mezclarse. «Mi pensamiento oscila entre Descartes y el barón de Munchausen», confiesa Walter Arias, precursor del movimiento filosófico llamado walterismo, una de las corrientes espirituales menos espirituales de cuantas ha conocido este milenio que se acaba. Burlón y despiadado, visionario y reflexivo, humorístico y macabro, Walter Arias nos contará, en fin, los vaivenes de su vida -su noviazgo con el mundo- a lo largo de esta especie de hilarante thriller entre picaresco y metafísico.
El propio Walter, desde el disquete donde sigue todavía desarrollando sus teorías, nos sugiere que El novio del mundo podría llevar varios subtítulos: «Todos los secretos masculinos que los hombres jamás confiesan a las mujeres», «Cómo vivir sin llegar a comprender nada de nada» o «Manual para convertir la propia vida en un infierno fascinante». ¡Que elijan los lectores cuando el walterismo esté al alcance de todos!