Personajes como el matemático, filósofo y político francés Condorcet aseguran que el traje es la señal que distingue al hombre del animal. Otros, como el pensador positivista Auguste Compte, ven en aquel el signo de la civilización. Lo cierto es que vestirse es un comportamiento propio de la especie humana y que aceptar vestirse es entrar en la sociedad civilizada. De hecho, el traje revela indiscretamente a quien lo lleva ; es sin duda la imagen que consentimos o procuramos dar de nosotros mismos.
Yvonne Deslandres, tras remontarse a lo distintos orígenes de la historia del traje, examina primero todo lo que se relaciona con su fabricación y confección. Traza luego el desarrollo de las formas del traje según la historia de las costumbres y lo analiza por fin como signo social que distingue edades, clases, funciones, profesiones y hasta ciertas actividades particulares, como reflejo de las relaciones de pareja y como expresión personal del individuo.
Este libro ilustrado con ciento veinte dibujos originales, expone ante nosotros, a la vez con pasión y erudición, estos «objetos que sirven para cubrir el cuerpo», permitiéndonos un mayor conocimiento de esa antigua pero misteriosa complicidad entre el hombre y el traje, o quizá, mejor dicho, entre el hombre y su propia imagen.