Todo en la vida es memoria
salvo el delgado filo del presente
Michel Gazzaniga
Inmortalizar aquel olor tan profundo a pan recién hecho que impregnaba las paredes de la casa del pueblo y que era capaz de transportarte a aquellas tardes maravillosas de verano junto a toda la pandilla. Explicarle a tu hijo qué es un «dinosaurio» mientras disfrutáis en el cine la última entrega de la saga de Jurassic Park. No olvidarte de pasar por la pastelería que hay cerca de la oficina para recoger la tarta de chocolate que tanto le gusta a tu chico porque esta noche celebraréis juntos su 37 cumpleaños. Poder disfrutar de la luna llena que se incrusta en el cielo de esas interminables noches de junio mientras cabalgas a un precioso caballo perla que tantos buenos ratos te ha dado estos últimos cinco años. O simplemente, aprendiendo poesía, cantando canciones de los años 80 en el karaoke del barrio, cocinando pasta o fantaseando con las próximas vacaciones de verano. Todas estas experiencias que sentimos en nuestro día a día no son otra cosa que la evidencia de que la memoria está en todas partes, en todos los aspectos de nuestro mundo exterior, como ya apuntó nuestro querido Aristóteles (350 a.C), al compararla con una extensión de nuestros sentidos. Pero la memoria también es el reflejo de nuestro mundo interno, permitiéndonos contar la historia de lo que hoy somos gracias a que hemos podido beneficiarnos de las experiencias vividas.
La memoria humana es maravillosa, atrevida, sorprendente y peculiar, aunque a veces un poco olvidadiza, pero sobre todo, ni es simple ni mucho menos monolítica. Como ya intuyeron los filósofos clásicos, conjeturaron poetas e historiadores durante todos los tiempos, y hoy corroboran los científicos que han abordado su estudio, gracias a la memoria, o mejor dicho, a las múltiples caras de la memoria, podemos reexperienciar el pasado, concebir el presente y proyectar nuestra vida hacia el futuro. Sin lugar a dudas, como ya apuntaba Platón, todo un «don» que la madre de las musas, Mnemósine, regaló al hombre.
La memoria ha tenido un largo pasado y muchos de los aspectos que actualmente se conocen sobre la memoria son gracias al interés que desde siempre ha despertado puesto que, al fin y al cabo, forma parte indispensable de la naturaleza humana. Este interés se ve reflejado en las investigaciones que, desde los inicios de la Psicología científica, allá por los comienzos del s. XIX han ido creciendo exponencialmente en el mundo entero. En España, así como en otros muchos países, el estudio académico de este proceso mental no sólo se hace evidente en las asignaturas de los planes de estudio de «Psicología» sino que también constituye una materia importante en otros programas académicos distintos a la misma (p. ej., educación, criminología, trabajo social, medicina, etc.). De la misma forma, es evidente que, tanto en los contextos de investigación básica como aplicada, el estudio de la memoria humana representa un hito relevante. Por ejemplo, los estudios de laboratorio sobre el funcionamiento de las falsas memorias, las amnesias o la memoria prospectiva, se ven reflejados en áreas como la Psicología del Testimonio, complejos programas de rehabilitación en pacientes con déficits severos en memoria en el contexto más clínico o la actuación de expertos en campos como el de la aviación o la medicina.
En el grado de Psicología de la UNED, la asignatura de «Psicología de la Memoria» es una asignatura obligatoria que se imparte en el primer semestre del segundo curso del grado en Psicología. Este manual está constituido por un total de 10 capítulos organizados en torno a 4 secciones: la primera sección, es una una sección introductoria en la que se establece el contexto teórico, conceptual y metodológico que sirve como base para abordar el análisis de este proceso mental a lo largo de todo el manual. La segunda sección, más amplia, explora los sistemas de memoria en el cerebro humano. Una tercera sección incluye los aspectos más aplicados de la disciplina y finalmente, la última sección se centra en los mecanismos de autorregulación que determinan el propio funcionamiento de nuestros procesos mentales y que forman parte del conocimiento que todos tenemos sobre nuestro propio conocimiento, que es lo que llamamos metacognición.
En estas cuatro secciones se aborda la naturaleza de este proceso mental desde diferentes enfoques: la Psicología Experimental o Básica (también la parte derivada de la investigación que pueda aplicarse) que describe los métodos de investigación empírica para explorar y comprender mejor el funcionamiento de los diferentes procesos mentales, así como el comportamiento humano. La aproximación básica se apoya en la Neurociencia Cognitiva, área impulsada por el desarrollo tecnológico que se ha producido en las últimas décadas en relación con los métodos de observación del cerebro in vivo. Este desarrollo nos permite comprender mejor la relación entre la función cognitiva y comportamental a partir del órgano biológico que los sustenta, es decir, el cerebro. Finalmente, la perspectiva del Ciclo Vital es aquella que nos permite abarcar las complejidades del ser humano, su crecimiento y desarrollo, pero también su decadencia y declive.
Por tanto, este manual tiene el objetivo de ofrecer una visión global de nuestra comprensión actual, basada en parte en su larga historia, de las distintas formas de memoria y de los sistemas cerebrales que las sustentan a lo largo de nuestro ciclo vital. Esperamos que el objetivo y los métodos para abordarlo descritos en este manual nos ayuden a definir la memoria humana, dibujar cómo se estructura y comprender mejor su funcionamiento.
Los diferentes autores que han colaborado en la creación de este manual son expertos en diferentes aspectos de la memoria humana. Su contribución ha sido imprescindible para obtener el resultado alcanzado y he de reiterar mi agradecimiento a todos y cada uno de ellos por ser mis cómplices en este reto, por compartir y hacernos partícipes de su conocimiento, pero sobre todo por transmitir en cada una de las líneas la ilusión que todos nosotros tenemos por la psicología y especialmente por la memoria. Gracias también a Quica, Ana y Daniel por su «valioso tiempo» y sus «oportunos comentarios» que sin lugar a duda, han enriquecido y mejorado sustancialmente el contenido de los diferentes capítulos.
Y gracias, particularmente, a mi memoria, por enseñarme que nunca debo olvidar recordar los buenos momentos, recordar olvidar los malos y sobre todo disfrutar leyendo sobre el recuerdo y el olvido.
Julia Mayas